Desmitificando la Dicotomía entre Pro y Contra
En los últimos años, el mundo del calzado ha sido testigo de la creciente popularidad de la corriente denominada «minimalismo o barefoot». Sin embargo, esta tendencia ha desencadenado una división marcada entre los defensores y detractores, creando una dicotomía que, en realidad, no refleja la complejidad del espectro minimalista en el calzado.
Contrario a la creencia popular, no existe un calzado minimalista absoluto, sino más bien una escala que va desde alto a bajo grado de minimalismo. Esta variedad es beneficiosa tanto para los podólogos como para los usuarios, ya que proporciona una amplia gama de opciones para adaptarse a las necesidades individuales de los pies.
En 2015, Blaise Dubois y colaboradores de The Running Clinic introdujeron el concepto del «minimalist index» o índice minimalista. Este índice evalúa qué tan cercano está un calzado a la sensación de estar descalzo. Cuanto mayor sea el índice minimalista, más se asemejará al caminar descalzo.
Sin embargo, la dicotomía entre pro y contra minimalismo ha llevado a confusión, ya que marcas, tiendas, profesionales e investigadores han perpetuado esta simplificación. La realidad es que no se trata de una elección binaria entre A o B. Existe un abanico casi infinito de posibilidades de calzado, cada uno adecuado a casos específicos.
Es crucial reconocer que la elección de calzado no debe basarse en extremos, sino en la adaptación a las necesidades individuales de cada persona. La dicotomía entre barefoot o anti barefoot, pro tecnología o anti tecnología, es una simplificación que puede nublar la verdadera complejidad del tema.
La clave para una elección informada y saludable de calzado radica en buscar la asesoría de un profesional cualificado y libre de intereses. Al desmitificar la dicotomía, podemos apreciar la riqueza de opciones disponibles y tomar decisiones fundamentadas para el bienestar de nuestros pies.